El Linaje de las Brujas

Con esta novela, la autora nos transporta a una época antigua, donde el miedo a lo desconocido, la fe ciega en Dios y, lo que es peor, el borreguismo hacia los que se consideraban representantes de Su palabra, anulaban los criterios y juicios humanos. Especialmente a la mujer, que no solo tenía que asumir su rol sumiso e invisible, sino que además le convenía no mostrar actitudes “extrañas” para no acabar en la horca.

Leyéndola a día de hoy, te remueve las entrañas al ver cómo podían dejarse llevar tan fácilmente por quienes se otorgaban la razón y la Palabra de Dios. Por desgracia, te das cuenta que en la actualidad, aunque evolucionada, en ocasiones también continúan ocurriendo juicios de valor sin sentido. Cada loco en su tiempo. Cada miserable en el suyo.

La novela se lee rápido, es cortita y fluida. Y quizás por el mismo motivo, no he llegado a empatizar con los personajes. Me ha faltado profundidad tanto en el desarrollo emocional de los mismos como en la trama, que aun teniendo interesantes pinceladas y premisas, sentía que me faltaba enlazar mejor los acontecimientos.

Si buscas una historia ligera donde vivir de primera mano la desazón del ambiente en los juicios de Salem, que tanto habrás escuchado en alguna ocasión, permítete darle una oportunidad.