La mujer del serial killer

Beth y Tom son un matrimonio consolidado, recientemente se han mudado para construir la familia perfecta junto a su hija. Beth tiene una cafetería en el centro y lucha por encajar entre el grupo de madres de la guardería. Cuando un día llaman a la puerta, Tom es acusado del asesinato de su expareja, a quien dejó hace 8 años. Beth no sabe qué pensar, ansia recuperar la normalidad en casa, pero tal vez no sea tan inocente como parece. ¿Puede tu marido ser un asesino y no sospechar nada?

Estamos frente a una novela que cuenta con una premisa y unos ingredientes habituales en el género, pero como siempre os digo, funcionan. Una familia aparentemente perfecta, un matrimonio donde reina el amor, un pueblecito idílico, pero donde todo son habladurías y un misterio que lo pone todo patas arriba. Si buscáis algo básico, pero eficaz, esta es vuestra novela, aunque os confieso que va de menos a más, con un inicio un poco lento.

Los capítulos son muy cortos y alternan entre la narración de Beth y la de Tom, con pequeñas inclusiones del pasado para comprender mejor el presente, algo que también me encanta. Eso sí, no encontraréis grandes ambientaciones, es una novela que sigue de cerca la vida de Beth tras ese terrible descubrimiento y como afecta en su vida personal y en su círculo social.

Los personajes, pese a ser algo estereotipados, logran transmitir esa sensación de angustia. Se respira durante toda la novela una intranquilidad donde el lector es consciente que en algún momento todo estallará por los aires. Os dejo con la duda de si así terminará siendo, o no.
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