La mujer del serial killer

Una noche la policía llama a casa de Beth y Tom Hardcastle. Buscan a este último para que les ayude en una investigación de asesinato. Es un caso antiguo: están investigando la desaparición de una antigua novia de Tom. Hace ocho años que Katie supuestamente se mudó a otro país pero sus amigos están preocupados porque no han podido contactar realmente con ella. Envió algún mensaje, algún correo, pero están empezando a sospechar que le pasó algo. La policía piensa lo mismo. Es por eso que toma declaración a Tom y, poco más tarde, le detiene como sospechoso de haberla asesinado. Y eso que no ha aparecido ningún cadáver.

Beth no sabe qué pensar. al principio apoya a Tom pero luego la sospecha empieza a hacer aparición en su cabeza. No sabe bien qué hacer porque en la pequeña y tranquila comunidad en la que viven desde hace unos años todos empiezan a mirarla mal: su marido es un asesino y ¿cómo es posible que ella no supiese nada? Beth está preocupadísima, no sabe bien qué hacer y teme por las consecuencias que todo esto pueda tener en su hija, la pequeña Poppy.

“La mujer del serial killer” es una novela de intriga con tintes de thriller psicológico que se centra en lo que le pasa, lo que piensa, lo que siente la mujer de un sospechoso de asesinato: Beth. ¿Es posible que no supiese nada de las andanzas de su marido? ¿o está Beth ocultando algo? Como es la propia Beth –y también Tom- quien nos cuenta las cosas, la duda está servida. Obviamente, ella lo cuenta todo desde su punto de vista, el de una víctima más de las circunstancias. Beth es una madre abnegada, una trabajadora incansable, una mujer sociable y amable. O al menos esa impresión tenemos cuando leemos su versión pero, ¿es Beth una mujer fiable? Ahhhh. Casi todo está narrado por Beth pero también hay partes que nos las cuenta el propio Tom, normalmente después de la parte narrada por Beth. La verdad es que da la impresión de ser un hombre absolutamente normal metido en un lío que no le corresponde. Pero, de nuevo, ¿es Tom un narrador fiable?

Tenemos así dos narradores en primera persona que, de primeras, dan muy buena impresión. Es posible que no haya pasado nada, que todo sea un malentendido, que Beth y Tom sean lo que parecen: un matrimonio normal, absolutamente convencional. Pero también es posible que esa familia idílica no lo sea realmente. Habrá que leer el libro para saber qué ha pasado, cosa que iremos descubriendo poco a poco. Y lo haremos tanto por lo que ambos nos cuentan en el presente como por los continuos saltos hacia el pasado: ocho años antes cuando Beth y Tom se conocieron y también unos cuantos años antes de forma ocasional. Es fácil distinguir cuándo estamos en el presente o en el pasado ya que cada capítulo comienza con un “ahora” o “ocho años antes” más el nombre del personaje que lo protagoniza. Además, hay algunos capítulos dispersos narrados en tercera persona y con una grafía en cursiva que los diferencia de la historia principal. No os cuento a qué se dedican tales capítulos.

Al principio la trama me tuvo despistada. Parecía algo muy normalito, propio de la típica película de sobremesa de Antena 3: un hombre es acusado de asesinar a una mujer y la policía investiga, algo mil veces visto. Además, el título me daba qué pensar porque, ¿qué tenía eso que ver con un serial killer?¡Nada! Esperaba que no fuese sólo un reclamo de la editorial que sabe cuánto nos gusta a los lectores de novela negra un asesino en serie. Pero no, no podía ser eso porque el título de la versión original es el mismo, ¿entonces? de nuevo, hay que leer el libro para saber qué hay detrás de toda esta historia.

Aunque podemos calificarlo de un thriller, no vertiginoso pero sí thriller, es al mismo tiempo una novela de personajes. Estos llevan el peso de toda la trama. Sobre todo Beth y Tom pero también algún que otro personaje que rodea a ambos. Tened en cuenta que estamos en una localidad pequeña, alejada de Londres, una zona residencial, tranquila, donde todos se conocen y la vida es tranquila y relajada. En este tipo de zonas residenciales todos lo saben todo de todos y Beth y Tom, aunque no nacieron allí y vivieron su primera época de pareja en Londres, hace ya años que viven en la zona y han asumido las costumbres y la forma de vivir del lugar. Aunque Tom se desplaza diariamente a la ciudad para trabajar, Beth ha abierto allí una preciosa cafetería y lleva todos los días a la niña a la guardería así que es ya un miembro conocido de la localidad, al menos entre las mujeres. Conoceremos a alguna de ellas y también a algún hombre, como un viudo que, al haberse quedado sin mujer con una niña pequeña, asume el papel de llevarla a la guardería, a las fiestas de cumpleaños, etc y, por ello, de alguna manera pertenece al grupo de las “mamis”. No voy a decir que los personajes estén muy bien desarrollados porque no lo están. Y es que la historia lo pide así ya que es transcendental que dudemos de ellos, de los protagonistas por supuesto pero también de las intenciones de algunos de los secundarios.

Tardaremos en saber algo. La mayor parte de la historia transcurre entre dudas. Nos plantearemos varias hipótesis porque la autora no desvela casi nada. Bueno, algo sí: con los flashbacks al pasado iremos sabiendo, al menos, qué tipo de persona es Tom pero ¿suficiente para considerarle un asesino? Y hasta casi el final seguimos también dudando de Beth. Final, por cierto, que resulta sorprendente. No en algunos aspectos que poco a poco se van descubriendo así que ya no te pillan por sorpresa pero sí en uno que, la verdad, no me había planteado (al menos de ese manera aunque alguna pequeña duda sí que tuve). Ese giro final me dejó bastante descolocada.

Conclusión final

“La mujer del serial killer” ha sido una lectura interesante. Thriller pero también novela de personajes, nos presenta unos personajes aparentemente muy normales que no sabremos hasta el final si lo son verdaderamente o no. Lo he disfrutado.


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