Fuego en Oxford

El editor nos presenta esta novela como la más adictiva del año de manos de la reina de la novela policíaca británica, y también tiene muy buenas críticas de prensa y de lectores, pero a mí me ha pasado algo con ella, porque no la he enganchado, o no me ha enganchado. Puede ser que la estructura que la conforma, todas esas notas de prensa, interrogatorios transcritos, o los informes policiales que se van intercalando, me hayan alejado del misterio en sí mismo. Por otro lado, me ha costado reconocer en los personajes esa fuerza que es la que te traslada al centro de la historia. Hay un incendio en el que se van descubriendo lentamente todos los muertos, primero los niños, luego la madre y más tarde un hombre que al parecer es el padre, pero casi al final.
Está claro que es un fuego provocado y que esa familia encierra una historia que en principio parece sórdida. Se habla de depresión postparto, de ataques al trabajo del padre por parte de la universidad en la que trabaja, de celos, de intrigas familiares, es decir tiene todos los componentes para interesar y sobrecoger, pero yo no me metía en la tragedia, navegaba sobre ella, todo me ha parecido muy forzado. al igual que los protagonistas del departamento de policía con sus historias personales, que van corriendo paralelas a la investigación, no han acabado de parecerme sólidos y bien construidos.
A lo mejor es una de esas novelas que he de leer un par de veces para que se me revele como una buena historia, me ha pasado alguna que otra vez.