Por fin he leído a Bohumil Hrabal, y tengo que decir que un libro de relatos, con reclusas, perdedores , miembros del partido, trabajos forzados, todo esto y más en una época gris, tras la II Guerra mundial, puede ser y es luminoso. En el primer cuento que da nombre al libro, me asustó que hubiese tantísimos adjetivos, pero no tenía razón. No sobra ninguno. El segundo relato me recordó al principio a Onetti, y después me metí en el libro y ya no paré.No pude. Hrabal demuestra que se puede ser crítico, provocando nuestra sonrisa y despertando ternura. Volveré a leerte Bohumil, me has cautivado. |