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Cuarta parte de la serie Mensajes. Irvyng McLeod es un hombre que lleva tiempo siendo fiel y leal al clan Mackenzie, al laird y a su esposa, además de que tiene a grandes amigos en el clan. Su vida no ha sido fácil y con su padre la relación es muy mala. Van a construir un molino en el clan Mackenzie y Aila, la esposa del laird, le dice a este que debe ser Irvyng el que viaje hasta Aberdeen para hacerse con los suministros. El viaje para Irvyng no va a ser fácil le va a traer muchos recuerdos, espera no tener que encontrarse con su padre y además están las palabras que le ha dicho su señora antes de partir. Pero al llegar a Aberdeen va a encontrar a alguien excepcional, alguien inesperado. Suomi no sabe cuál es su origen exacto, pero sí sabe que sus padres le han dado todo, una mujer independiente, inteligente, que se puede mantener a sí misma y de pensamiento libre y abierto. Lo que ninguno de los dos espera es que sus caminos queden emparejados de una manera que ninguno de los dos esperaba, pero al final verán que se entienden mucho mejor de lo que piensan, aunque él sea un poco gruñón y de pocas palabras y ella una mujer adelantada para su época. Cierta parte del clan no va a ver bien que una mujer extranjera sea la que dirija la construcción del molino y Suomi tendrá que pelear contra los prejuicios y ganarse el respeto y la lealtad del clan. Entre ellos va a surgir una amistad, confianza y una lealtad que va a superar todos los prejuicios y se van apoyar el uno al otro, la atracción florecerá en ellos poco a poco y puede que si no reconocen lo que sienten a tiempo sea demasiado tarde para uno de ellos. Una novela que habla de cambio, de la mentalidad de los clanes y cómo van cambiando con el paso de los años, de mujeres empoderadas, lealtad, respeto y que el amor es capaz de hacer cosas que uno nunca imaginó. |
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