El diario de Edith

Un tema muy original y complejo, puesto que nos presenta un contenido que aunque en principio nos resulta bastante cotidiano, llegará el momento de la sacudida, donde todo cambia y nos arrasa, y en cuanto a la forma de narrar la historia pues, como nos tiene acostumbrados, encontramos una prosa original que siempre sorprende.

Realmente, me lo he devorado, ya que me ha gustado mucho, aunque, en un primer momento parece que no tenga mucho que ver con otras obras de la autora, las novelas policíacas a las que nos tiene acostumbrados.

Además, aquí la protagonista es una mujer, como también lo es en la novela “Carol”, otra novela singular, aunque no sea habitual en la autora.

La novela comienza plácidamente, con una ama de casa ejemplar, casada con Brett y con un hijo, que se trasladan desde Nueva York a un pueblecito, en busca de una vida relajada y sin grandes lujos.

Un cambio de residencia que lo hacen con gran ilusión y grandes expectativas.

Los protagonistas son, precisamente el ama de casa, una norteamericana de clase media, Edith Howland y su hijo, que es absolutamente un fracasado, y un vago integral.

La acción se desencadenará cuando deciden trasladarse a un barrio residencial de Pennsylvania buscando una vida más tranquila.

Sin embargo, es entonces cuando la historia, se convierte en angustiosa y perturbadora, es entonces cuando nos atrapa. Y es que las apariencias engañan.

Y el tema fundamental de la historia será la angustia, la soledad más íntima y personal, así como la decadencia vertiginosa de la mujer, de Edith, que en su lucha constante por conseguir su verdad, una verdad que no existe, la lleva hacia una asfixiante agonía que se extiende sin parar.

Escribe un diario donde anota pormenores de la vida que lleva. Sin embargo, un acontecimiento trivial, como es el suspenso de su hijo Cliffie en los exámenes de acceso a la Universidad, va a provocar la disociación de la vida real y la imaginaria, de nuestra protagonista.

En su diario escribe y fantasea sobre una realidad no existente, pues la mentira se ha instalado en su vida, escribe una gran mentira que la llevará hacia una lucha, con conversaciones imaginarias, en soledad, produciéndose su derrumbe interior.

Y poco a poco, esto engendra nuevos motivos, que la van llevando a la enfermedad sin solución.

Asistimos, por tanto, al desmoronamiento vertiginoso, íntimo y personal de una mujer que está completamente sola.

Su vida conyugal también se tambalea, su hijo, el típico joven fracasado, se convierte en un vago y además alcohólico, con comportamientos ridículos.
Tiene, además, que cuidar de un tío de su marido, casi inválido y solamente su diario, la ayuda a seguir adelante.

La soledad total, el aislamiento y la incomprensión, la van llevando hasta la locura y la asfixia social y mental. Es la falsificación del yo y la locura absoluta.

Incomunicación, indiferencia, tedio, será lo que encuentre en aquel lugar tranquilo al que llegó buscando refugio y salvación, equilibrio y paz.

Muy interesante.