Carol

Antes de Tom Ripley, Vic van Allen o Guy Haines y Bruno Anthony, estuvieron Therese y Carol. Mucho antes, en 1952, la desconocida autora Claire Morgan publicó “El Precio de la Sal”, una historia de amor notablemente audaz para su época. Y así, entre el desconcierto y la aclamación popular, se vendieron más de un millón de ejemplares de la edición de bolsillo. La novela no volvió a editarse, y varios años más tarde reapareció con dos grandes novedades: un nuevo título, “Carol”, y el nombre real de su autora: Patricia Highsmith.

“Carol” nos narra cómo cambia la vida de Therese y Carol al conocerse: dos mujeres que no pueden vivir su relación con la libertad que merece ya que en aquel período de tiempo (década de los 40/50 del siglo pasado) su relación suponía una condena social. Y si bien la novela lleva el nombre de Carol – una sofisticada mujer que se convierte en un misterio y cuya historia insinúa más de lo que se cuenta-, Therese es la protagonista de esta historia porque, a pesar de estar narrada en tercera persona, todo gira alrededor de su personaje y por ello podemos sentir el impacto que produce en su vida la llegada de Carol, convirtiéndose en su razón de vivir.

Si “El precio de la sal”, aka “Carol”, fue un éxito y lo sigue siendo hoy en día es, quizás, porque fue la primera novela en rechazar las convenciones y paradigmas y presentar una historia de amor entre dos mujeres como algo natural, puro y bueno, y como dijo la propia Highsmith: “Mucha gente debió de identificarse con Carol o Therese. Así, un libro que al principio fue rechazado, llegó arriba del todo. Me alegra pensar que les dio a varios miles de personas solitarias y asustadas algo en que apoyarse”.
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