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Una historia muy entretenida, contada en dos partes, una más narrativa y otra más de acción. La ambientación sigue la misma partición. La primera parte está ambientada en Inglaterra y podemos disfrutar de la vida campestre de la época, con su mansión, sus jardines, su cottage. La segunda parte se ambienta en España, en Madrid, y en ella la ambientación se enlaza con los datos históricos. Mientras nos hallamos en Inglaterra, la trama se desarrolla con más calma, poniendo el peso en la relación y los sentimientos de los protagonistas. Cuando cambiamos de escenario, prevalece la acción y el suspense; la narración cobra fuerza y dinamismo. Así pues, tenemos un desarrollo más sencillo al inicio que se va complicando poco a poco, casi hasta su desenlace final. Si hablamos de los protagonistas, me quedo, sin duda, con Rafael. Me ha parecido un personaje estupendo, con un toque canalla y pícaro que cautiva. Rafael, un conde español, ha vivido su vida como un libertino, gozando de los placeres que se le ofrecían. En ningún momento tiene intención de atarse a ninguna mujer, hasta que su amigo inglés le pide un favor, que incluye el matrimonio con una mujer. Si bien él ha sido siempre un calavera, también es un hombre de honor, que aprecia la amistad por encima de todo, y muy leal, por lo que accede, aunque no de buena gana. Ariana es una mujer fuerte, decidida y muy muy obstinada. Quizá este punto es el que más me ha costado de ella, ese aferrarse a una excusa que no me parecía muy firme y esa oposición constante a Rafael. En algunos momentos me ha sacado de mis casillas. Sin embargo, se redime en la segunda parte con un carácter más aceptable, lo que hace más llevadera la relación entre los protagonistas. La historia comienza con una fuerte oposición entre Rafael y Ariana. No se caen bien debido a los muchos prejuicios que tienen. A veces la tempestad da paso a la calma y podemos gozar de escenas preciosas, con mucho romanticismo; luego vuelven los rayos y truenos y nos encontramos con diálogos con mucho pique. Como enlace entre las dos partes está el personaje de Julien, que me ha gustado mucho. El estilo de Nieves tiene algo que te engancha y no puedes parar de leer. Toda la parte histórica de Alfonso XII me ha encantado, sobre todo porque está muy bien hilada en la narración. Quizá esta novela es de las primeras que Nieves escribió, y se nota que hay algunas expresiones más actuales que propias de la época, pero siempre es un placer leerla. |
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