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Me ha resultado una grata sorpresa el tono narrativo de este cómic, mucho más centrado en la construcción de un nuevo mundo y un entorno que en las habituales batallitas entre mutantes y humanos. Jonathan Hickman ha trabajado a fondo los detalles y ha creado una trama compleja en la que el profesor Xavier tendrá que tomar por primera vez en su vida conciencia de cuál es su papel como mutante y el rol que debe desempeñar si no quiere que todos los suyos acaben siendo aniquilados por los programas anti-mutantes de los humanos. Su estrategia, a priori, parece sencilla: conseguir que el mundo los declare nación independiente, a cambio de unas patentes que mejorarían la calida de vida de todo el planeta. Pero no todo es tan sencillo, sobre todo porque dispone de información acerca de cómo se van a producir ciertas líneas temporales en el futuro... y ninguna tiene un final feliz para los mutantes. A pesar de algunas trampillas, se trata de un cómic imprescindible y colosal que deja infinidad de interrogantes y momentos que dejan el campo muy verde para futuros guionistas de la saga. |
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