Las reglas de Londres

Es una trama de espionaje 100% al estilo de “La Casa de la Ciénaga”: trasgresiones normalizadas de las normas, situaciones patéticas y rocambolescas... En una novela, que a diferencia de las anteriores, es bastante coral. Por ello, esta vez, os voy a hablar de diferentes los personajes que pueblan “La Casa de la Ciénaga”:

Ya os he hablado del irreverente Jackson Lamb, jefe desastroso, desastrado y, la mayoría del tiempo, desagradable, que disfruta torturando a sus subordinados, pero que, en los momentos que se necesita, saca la lucidez del antiguo espía que fue. Pero poco os he hablado de los “Caballos lentos”, el resto de los miembros de esta unidad que el espionaje británico prefiere olvidar. Unos personajes más que humanos que diariamente tienen que lidiar con sus defectos: adicciones varias, depresión, problemas de agresividad, ataques de pánico… en resumen, unos auténticos perdedores, pero que no dudan en poner sus vidas en peligro cuando son requeridos.

Y de estos espías y de sus dirigentes, son de los que el autor se sirve, mostrándonos su ineptitud, para destilar una aguda crítica a la sociedad británica y a sus líderes, el autor es implacable con la clase política británica. Porque eso es lo que te vas a encontrar en estos libros: un gran thriller de acción, prosa brillante, diálogos sublimes, humor negro y cínico, mucha sátira y una gran crítica hacia el rumbo que está tomando su país, así como, la situación geopolítica y la problemática social de nuestros días.

Decir que la trama de espionaje me ha parecido muy buena, diria que la mejor leida hasta ahora. La trama política no me ha gustado tanto. Pero, si algo no cambia en esta serie, son esos personajes extraordinarios y la calidad escritura del autor.

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