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Penny, va a la Riviera Maya antes de empezar en su nuevo trabajo, necesita hacer algo antes de ese cambio en su vida. Allí acudirá con su hermana, con la que se lleva de maravilla y se cuentan todo. Pero conocerá a un chico y vivirá un romance de verano, un chico que pondrá su mundo patas arriba pero cuando acaban las vacaciones cada uno debe volver a su mundo. Mike, su vida no es fácil y necesita respirar y por eso con sus primos acude a Rivera Maya para desconectar de todo y poder ser él mismo donde nadie lo conozca. El apellido de la familia a veces pesa más de los beneficios que tiene, sobre todo cuando tienes que callar lo que vives en casa cada día. El reencuentro de los protagonistas es en el lugar que menos lo esperas y tengo que decir que me reí mucho, aunque en cierto momento fue predecible, el vivirlo me encanto porque me pude reír y a la vez vivirlo con uno de los protagonistas fue apoteósico. El romance es lento, después de esas vacaciones, empiezan los tiras y los aflojas. Mike quiere proteger a Penny e intenta alejarla de él y ella solo quiere ayudar a Mike y si para ellos se tiene que enfrentar al "monstruo" no le importa. Pero poco a poco no pueden evitar buscarse, es tan fuerte lo que sienten el uno por el otro, es tan bonito su amor y no hacen daño a nadie. James, Grace, Eric y Anna son personajes secundarios que nos harán reír, llorar, desesperarnos y sobre todo conocer lo que significa las palabras amistad y familia. Los secretos se desvelarán en ciertos momento de la historia que harán que esta gire y con ella nuestros protagonistas. Una de ellos será un tema peliagudo y difícil, en el que la autora no se ha escondido y sobre todo nos lo hace ver desde el punto de vista de los dos protagonistas de la persona que lo sufre y cómo le afecta y la otra como intenta hacer algo y la imponencia que a veces que uno tiene cuando no se puede hacer gran cosa. |
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