 |
Me ha fascinado, y no tanto por la trama, que es más bien sencilla (veinteañero sorteando los problemas propios de la edad, del desamor, y la incertidumbre de qué hacer y a dónde se dirige su vida, durante los meses que dura el verano madrileño) si no por las reflexiones tan magnificas que tiene el protagonista. Sin duda me llevo los agradecimientos del autor porque como bien dice él al final del libro: dar las gracias a todo aquel que lo lea y piense "vaya puto tío"; y yo lo pienso, así que, de nada Carlos Herrero, porque te has marcado un librazo. Me he enamorado de Ari (Aristóteles), el prota que ha creado (aunque me da la sensación de que podría tener bastantes cosas reales del autor); me ha maravillado su cabecita pensante. Si yo fuera su amiga no me cansaría nunca de oírle decir en voz alta o de leer sus escritos; de hecho he dejado el libro lleno de post-it y frases subrayadas que me encantan. Y aunque la novela tenga poco diálogo, lo que puede ser un problema para algunos lectores, en mi caso no lo ha sido; como menciono antes no es necesaria tanta conversación para llegar al corazón y hacerte reflexionar y sonreir con las ideas que se le pasan al prota por la cabeza, con el que sinceramente me he visto muy reflejada apesar de su ligera chaladura. He pensando en muchas ocasiones lo mismo que él, y los dos somos unos histéricos, drama-queens de narices, bastante negativos en contra de nuestros deseos, con tendencias algo depresivas, pensamientos intrusivos y un claro pavor y obsesión con morirse, pero al final, no nos sale tan mal lo de ir viviendo y queriendo a los demás. Es absolutamente fantástico, lo recomiendo un montón, y en ciertos momentos además, me ha recordado bastante al estilo de la serie/novelas "Merlí" y su prota Pol. |
>
