Namásium

Una noche cualquiera una luz alumbra un orfanato. Después de que esta se apague, la directora del mismo encuentra un bebé en la puerta, un bebé con un legado muy especial. Así empieza esta novela de fantasía que nos contará la aventura de su protagonista Zeta para poder recuperar a su amada y de paso tomar el legado oculto desde su nacimiento.
Dicho así parece que nos encontramos ante la típica novela de fantasía del niño elegido, pero, sin que esto sea algo negativo, la deslocalización de la narración que ha construido la autora hace que sea algo un poquito más, un aventura de fantasía donde nos adentramos en un mundo con altas dosis de naturaleza y con una premisa: la energía es magia.
Elaboración
Una de las cosas más interesantes, cuando nos adentramos en la novela, es que nos introducimos en un mundo que parece cercano al nuestro, pero que claramente no lo es. de este modo, nos damos cuenta de que nos encontramos ante una obra donde el worldbuilding ha combinado elementos de la fantasía más pura (como los elementos naturales como trasmisores de conocimiento, de magia, de peligro,…) con escenarios que atribuiríamos a otros géneros (como el espacio, otros planetas, otras razas, etc.). Sin embargo, curiosamente con esto lo que consigue es un equilibrio perfecto entre lo conocido y lo nuevo, dando a luz un nuevo mundo. El mundo de Namásium.
Además de esto, encontramos también una elaboración propia para el sentido de la magia. Sin meterse en sistemas, porque realmente no es lo importante, el límite de la magia en este mundo es el propio portador, ya que la magia es la energía que se traslada por el universo. En este sentido, podríamos pensar que nos encontraremos ante una novela de grandes escenas épicas con un gran enfrentamiento de poderes, pero no. Por circunstancias que conocemos desde el principio, el uso de la magia va a estar muy limitado, pero será uno de los puntos clave del movimiento del protagonista.
Crecimiento
Magia, un mundo nuevo, un niño elegido… Lo que diferenciará a Namásium de otras historias será su worldbuilding, como ya he mencionado más arriba, sí, pero creo que su originalidad sobre todo parte de su protagonista. Zeta no será un muchacho virtuoso que piense en el bien del mundo. Más allá de que todos empiecen así, lo curioso de este personaje es que no será el más poderoso con la magia, tampoco será el más sabio ni el más generoso. de hecho, la aventura comienza porque quiere estar con Imara, no porque haya que salvar el mundo.
Además, volvemos a un segundo requiebro, ya que una vez que se pone a salvar el mundo, sigue sin hacerlo por un acto de generosidad o piedad a quienes le rodean. de hecho, casi diríamos que es impulsivo y apetente. Entonces, ¿después de este rapapolvo a Zeta? Pues, bajo mi punto de vista, lo más interesante es que es un personaje muy humano, con el que el lector se puede identificar porque reacciona ante lo que le viene como puede.
Es más, todos los personajes tienen un componente individualista que les lleva a hacer eso que les preocupa exclusivamente a ellos, pero del mismo modo, eso hace que los entendamos y nos emocionemos con ellos más.
Estabilización
De todos modos, esto no significa que no encontremos ni grandes hazañas, sacrificios o momentos espectaculares. Estos vendrán devenidos por la propia trama que será muy exigente con los personajes (no menciono a nadie para no hacer spoilers, pero hay un guerrero…) y les hará actuar en situaciones límite pensado más allá de ellos mismos.
Por eso me ha gustado bastante Namásium, porque ha sido una historia donde, a pesar de tener un elegido, con todos los beneficios que ello conlleva, todos los personajes tienen que hacer algo y de ellos depende algo. Además, la trama es muy fluida gracias a que el estilo de la autora es sencillo y fácil de seguir, no tiene más pretensión que contar la historia y eso da mucho gusto a los lectores que quieren desconectar y vivir una aventura.
Espero que os animéis con ella, porque yo creo que os puede gustar y enganchar mucho. Disfrutadla.

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