Este libro no tiene la pretensión de suplir a los manuales escolares. No sigue el esquema curricular al uso ni plantea actividades de evaluación o síntesis. No es un temario de examen. No obedece a los estándares de aprendizaje invocados por el fielato de la tecnopedagogía. Tampoco va salpicado de un potente aparato de notas a pie de página o de una exhaustiva bibliografía. [...] Es, simplemente, un libro de lectura que contiene, eso sí, una pretensión deliberada de problematizar el pasado, sacar a la luz su faz compleja, contradictoria, poliédrica y, en ocasiones, atroz, sin la cual la historia deja de ser lo que es para convertirse en un cuento.