Anoxia

¿Puede ser nuestro el dolor de los demás? ¿Y los muertos que no hemos podido despedir?

Llenar imágenes vacías con el poder del tiempo y el recuerdo, o al revés, vaciar la memoria en la fotografía, que esta solo simbolice el instante preciso. ¿Somos las imágenes que hemos visto o aquellas que no nos atrevimos a ver?

Sin duda, una de las virtudes de la escritura de Hernández es cómo toca con suavidad pero certeza el interior de los personajes. Anoxia es una obra con el punto justo de fuerza para tironearte e introducirte en la sucesión de palabras, siempre en un movimiento de fuera hacia dentro, de fuera hacia dentro.

Sí que hay una cierta tendencia a arremolinar sentencias al final de ciertos párrafos o secciones del libro, una cadencia que esconde en la simplicidad del punto la subordinación del pensamiento a la frase. Como recurso ocasional es muy efectivo, pero quizá abusar de él le resta, paradójicamente, emotividad.

La historia es mucho más que interesante, el poder conocer con más detalle la trastienda del arte de la fotografía y esa inquietante pero sugestiva tradición de retratar a nuestros seres queridos antes del adiós definitivo.

Pero, curiosamente, si hay un momento en la novela que más me ha gustado es la reflexión sobre los cuidados paternos y el efecto que eso provoca en la pareja de la protagonista.

No es que esto sea algo negativo, todo lo contrario, en todo caso curioso. Lo que consigue es hacerme pensar en que, para que una novela funcione, da igual el escenario que proyectes y las técnicas que utilices, al final lo que importa es el vibrato que en determinado momento hace brillar las situaciones desgastadas en la literatura y la vida, como la manija de una puerta conocida deslucida por el uso.

Dolores acaba siendo como uno de aquellos peces sin aire que poblaron las orillas del Mar Menor hace unos años. Pero ella consigue escapar, consigue mirar hacia delante (“Porque una cosa es ver y otra es mirar”) pese a sentir obstruido su pecho con la ausencia de lo no digerido y la pútrida culpabilidad de los años.
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