Estación Niebla

Voy a empezar esta reseña con una advertencia: estamos ante un libro que no tiene capítulos. Es como un relato largo. Afortunadamente, sí que hay saltos de escena que permiten hacer una pausa o detener la lectura sin que nos de ese TOC lector que nos impide dejar capítulos a medias.


Me ha parecido una lectura bastante original. Nuestro protagonista actúa como vector de la acción, y es a través de sus vivencias que vamos descubriendo cómo es el mundo en el que nos encontramos. Mundo cuya historia vamos conociendo en mayor profundidad gracias a los flashbacks que se intercalan con la trama principal. Así, con sutiles toques distópicos viajamos a un posible futuro, no tan lejano, en el que las constantes guerras y batallas de la humanidad han dibujado nuevas fronteras en nuestro planeta, y han propiciado la creación de nuevos núcleos de población en estaciones que orbitan alrededor de la Tierra. Nuestra historia transcurre en una de ellas.


Es una lectura ligera que, a pesar de tratar temas relativamente complejos, como el "almacenamiento" de la consciencia humana, o el funcionamiento de los recuerdos en nuestra mente, se abordan de tal manera que resultan sencillos y fáciles de comprender. Además, esconde una parte muy crítica hacia nuestra sociedad actual, con pequeñas pinceladas de humor ácido que invitan a la reflexión.


En mi tabla de clasificación de orden de lectura de libros de ciencia ficción (sí, me la acabo de inventar), catalogaría este libro en un nivel medio. Es decir, apto para aquellos lectores que ya hayan leído anteriormente algo de scifi y estén empezando a pillarle el gustillo al género, pero sin necesidad de ser todo un experto en la materia.


Poco más puedo añadir, pues considero que es de esas lecturas en las que merece la pena adentrarse sabiendo, cuanto menos, mejor.