El viejo y el mar

Pese a que tenía muchas ganas de seguir descubriendo la obra de Hemingway, de alguna manera siempre he huído de este relato, porque sabía lo que me ocurriría. Es una historia que normalmente gusta muchísimo a todo el mundo. Suelo ver unanimidad en las opiniones sobre este libro y no le quito mérito, pero sabía que en mi caso no ocurriría. Justo salió propuesto en un club de lectura que tengo con amigos y me quise animar y claro, pasó lo que me temía.

Soy una persona a la que siempre le ha afectado mucho todo lo que tenga que ver con la violencia contra los animales. Y la pesca es una de esas cosas que he sido incapaz de ver, siempre vuelvo la cara hacia otro lado cuando veo a alguien pescar (y viviendo en una ciudad con costa es muchas veces), o cuando en una película aparece la escena. Es superior a mí. No puedo hacer otra cosa. Por eso me ha sido imposible disfrutar de la historia.

Evidentemente he tratado de ser objetivo, aunque es imposible. El libro está de una manera preciosa contada. La lucha del viejo por superarse, por seguir teniendo valía, por no dejar que el mar acabe con él y sus posibilidades, es de alabar y está maravallosamente bien creado. Pero aunque soy capaz de reconocerle el mérito y comprender porque gusta tanto, ya que sé cuales son sus cualidades, ha sido una lectura que me ha revuelto las tripas en ocasiones. Si hubieran sido un par de escenas solo, hubiera podido sobrellevarlo, pero la novela está centrado en eso. Aún así, no podía ponerle menos nota, porque hubiera sido injusto.

En definitiva, un libro que se que merece toda la buena crítica que tiene, pero que para mí ha sido imposible de disfrutar. Me da pena que haya pasado, porque estaba deseando leer algo más de Hemingway, pero bueno a ver si pronto me quito el mal sabor con otro libro de este señor.