¡Me encanta! Ha sido como volver a leer a Rincewind, pero en vez de mago ahora es un soldado imperial. Una maravillosa crítica al ejército, a la guerra, a la burocracia... No tiene desperdicio. Uno de los mejores antihéroes de la literatura. Ya estoy buscando las continuaciones por páginas de segunda mano. ¡Quiero más! |