En las escasas fotos de París, su penuria, en realidad, no se aprecia. Un día de comienzos de primavera, los rayos del sol que empiezan a calentar. Un parque, un camino de grava, la familia vestida de domingo, de buen ver; su madre con blusa blanca de manga corta y gorra ladeada de forma un tanto audaz sobre la oreja izquierda, el padre, con corbata y la chaqueta sin abotonar; delante de él o a su lado, el pequeño Hugo, de pantalón corto y medias blancas …
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