Historia real como la vida misma, desgarradora, educadora y con mensajes que deben interiorizarse en las personas desde que ponen un pie en las instituciones de enseñanza. Volviendo otra vez al ámbito profesional de la educación, consideraría como una de las obras literarias de lectura obligatoria los centros educativos, que las tertulias literarias y demás dinámicas educativas se llenen de sus mensajes, de las reflexiones y aprendizajes que nos aporta y, quizás así, consiguiéramos un poquito más en ese paso haya una educación igualitaria y respetuosa, de rechazo a todo tipo de violencia desde su inicio.
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