En este libro nos encontramos con un pueblo, Clevence Town, en el que no hay niños, hay toque de queda y pasan cosas extrañas. Empiezas a leer el libro y te das cuenta de que en ese pueblo pasa algo raro pero no te enteras de nada, empiezan a ocurrir cosas y sientes que el escritor está jugando contigo todo el tiempo y, efectivamente, así es. La lectura se lee de manera muy ágil y rápida, es muy original y lo devoras porque necesitas saber qué demonios esta ocurriendo ahí dentro. El final se me hizo un poco predecible, aunque en el fondo creí que sería demasiado locura y que estaría equivocada, por lo que mi sorpresa al ver que no me equivocaba fue igual de gratificante. . Destacar también que el escritor trabajó mucho, tal y como explica en el propio libro, por crear escenas que mantengan en tensión al lector y eliminar aquellas que se quedan flojas y, tengo que decir, que lo consiguió con creces. |