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Tuve la oportunidad de conocer a la autora, quien un segundo antes de firmar mi libro me preguntó en un tono muy cómplice y delicado: ¿Tienes buena relación con tu papá? A lo que yo le respondí que yo imaginaba que sí, que mi padre había estado conmigo desde el día de mi nacimiento hasta el día de hoy; pero que sin embargo, como les pasaba a la mayoría de los padres, y que como ella misma lo había comentado en algún momento de la charla, no se enteraba de todo lo que pasaba en mi vida. Me pareció muy extraño el sentido de la pregunta sobre todo porque yo imaginaba que en este libro se magnificaba aún más la figura materna, la madre salvadora, el padre ausente, el desaparecido, el que nunca volvió. Creo que Paola me hizo esta pregunta a con esa intención. Luego de tomarme una foto con ella y de charlar por pocos, muy pocos, segundos me dijo que en cuanto lo leyera agradecería mucho que le pudiera escribir un mensaje en su Instagram personal, y así lo hice. "Yo prometí escribirte por este medio cuando lo terminara de leer. Y pues así ha sido, lo acabo de terminar justo en este momento y solo te puedo decir que me voló la cabeza. Tu relato me llena de una esperanza que no sé cómo explicar. Disfruté mucho de tu libro, muchas gracias." Paola escribe con el alma, con el corazón en la mano, con una honestidad brutal y con una delicadeza realmente fascinante. |
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