Me quito el sombrero con esta autora, es su primera obra y ya ha dejado el listón muy alto. La historia empieza con dos policías un tanto particulares, una, Sanna, que arrastra un trágico pasado, la otra, Eir, que es bastante impulsiva. Después vendrán una serie de asesinatos y una trama que se va acelerando de una forma adecuada y adictiva. Una historia dura porque, cuando se trata de niños, lo paso mal, pero que engancha de una manera que ha hecho que me lo “beba” en dos días. El final es totalmente inesperado y con un giro espectacular. Este el el primer libro de la serie, espero que o tarden mucho en sacar (o traducir) el segundo. Lo recomiendo!
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