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Leí este libro hace muchos años, cuando era poco más que una niña, la edición que tengo es de 1985 así que tendría yo unos 10-12 años cuando llegó a mis manos. Mi yo de adolescente lo recordaba como una lectura de esas que no dejan a uno indiferente, con una historia misteriosa y a la vez teñida de dolor y tristeza y con un final agridulce. Y no me equivocaba, al releerlo disfruté de nuevo cada página. Nora es una adolescente que hace años que vive con unos parientes lejanos tras la trágica muerte de sus padres, sin llegar a conectar del todo con su familia adoptiva. Cuando todos se mudan a una casa antigua empiezan a pasarle cosas raras. Un reloj que marcha al revés, pasos en el suelo de su cuarto sin que haya nadie… ella es la elegida como destinataria de estos extraños fenómenos y no parará hasta conseguir entender lo que pasa, para acabar descubriendo dolorosos secretos familiares de los antiguos habitantes de la vivienda. |
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