El teorema Katherine

Colin Singleton es un joven de diecisiete años que vive en Chicago. Es un chico de altas capacidades, al que sus padres han intentado ayudar a seguir desarrollándolo. Memoriza rápidamente todo aquello que lee, habla varios idiomas y le encantan los anagramas, tiene una escasa vida social y una alta predisposición para enamorarse de chicas de nombre Katherine, hasta el punto que tiene que numerarlas. Ahora se encuentra totalmente abatido tras ser dejado por Katherine XIX.

Su mejor amigo, Hassan que está tratando infructuosamente de sacarlo de su depresión, como último recurso le propone pasar las vacaciones en la carretera, viajando y trabajando para cubrir sus gastos.

En una de las primeras etapas del viaje acaban en un pueblo, Gutshot en Tennessee, para visitar la tumba del archiduque Francisco Fernando. Allí conocerán a la guía, Lindsey Lee Wells y a su madre Hollis, dueña de la fábrica que da de comer al pueblo y que los contrata por ser elementos ajenos, para entrevistar a sus habitantes, y con esos datos dejar un legado oral para las generaciones futuras.

Colin tiene una única meta, ya no es un niño prodigio, ha crecido y no cree que vaya a ser un genio, lo que más desea en el mundo es importar y tener un momento Eureka, y por si acaso no lo tiene, va a intentar pasar a la posteridad plasmando en una ecuación matemática las singulares relaciones que ha tenido con todas sus novias. Trabajará en reflejar la relación entre los dos tipos en los que divide al mundo, los dejadores y los dejados.