El vuelo de las cigüeñas

Grandísima novela que va más allá de los límites del género policiaco. El vuelo de las cigüeñas (1994), de Jean-Christophe Grangé, es una novela negra, pero también es un drama, un thriller, una novela de terror y una fascinante novela de aventuras. Una lectura apasionante.

El protagonista, Louis Antioche, acepta la invitación de un conocido ornitólogo suizo llamado Max Böhm para investigar la extraña y progresiva desaparición de las cigüeñas, que no regresan a sus nidos después de sus periplos invernales. Un trabajo anodino que abrirá la puerta de una aventura de pesadilla.

Hay un secreto siniestro detrás del interés de Böhm y otros curiosos personajes por las rutas migratorias de estas aves. Parece ser que las cigüeñas dejan un reguero de sangre y horror a su paso.

Sin ninguna intención de destripar la obra, solamente diré que el misterio que es desvelado al lector a mitad de la novela (lo que se oculta detrás de las cigüeñas y que, en cierto modo, es previsible) no es más que la puerta de entrada para que el protagonista descubra nuevos horrores, esta vez estrechamente relacionados con su propia vida y sus orígenes.

La novela en sí es una aventura trepidante. Tras la pista de las cigüeñas y sus secretos, el lector viaja por el mundo y se sumerge en otras realidades: el submundo de los gitanos en Bulgaria, la dureza de la vida en un kibutz israelí o la miseria cruda y desnuda de las calles de Calcuta, en la India. Además, en el paso de Antioche por África en busca del abyecto Kiefer, no se esconde un guiño a El corazón de las Tinieblas. Una suma de aventuras exóticas, tan espantosas como peligrosas.

Dejando de lado la complejidad y riqueza de la historia, hay que destacar el acierto de Grangé a la hora de describir escenarios y situaciones. Usa las palabras justas para transmitir poderosas impresiones, logrando un efecto demoledor en los lectores. Es cierto que hay algunos detalles y casualidades que pueden mermar la credibilidad del relato, pero que se pueden disculpar perfectamente.

En resumen, El vuelo de las cigüeñas es una de esas novelas que no concede un solo respiro al lector y que, a partir de una historia aparentemente banal, nos sumerge en una espiral abrumadora de acontecimientos. Un libro excepcional. Para disfrutar.
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