La desaparición de Adèle Bedeau

Una historia distinta, lenta en la que parece no ocurrir nada demasiado especial, pero que me ha atrapado y mantenido a la expectativa en todo momento, y cuando he llegado al final me he quedado literalmente con la boca abierta.

Más que la investigación lo que prima es la descripción de los personajes principales, su vida y como han llegado a ese momento de la historia. Son unos personajes oscuros y en ocasiones, incluso grotescos.

El relato va saltando de un recuerdo a otro, por lo que hay partes de la narración que se pueden hacer un poco pesadas. Pero la descripción de las percepciones del protagonista del relato crea una atmósfera que trasmite muchísima tensión. Su carácter obsesivo y sus sensaciones, en ocasiones, me han invadido de tal forma que me han provocado angustia e incomodidad. Su paranoia y su obsesión porque todo el mundo lo observa y juzga su comportamiento, están narradas de una forma muy realista y detallista, además de sus manías tan marcadas. Todo esto me ha llevado a considerar, que este es uno de los mejores personajes de novela negra con los que me he encontrado, también es verdad que me encanta un buen psicópata metido en la historia. Aunque éste tiene una gran diferencia que lo hace muy especial…

En definitiva, una buena novela negra, pero distinta, no tiene un ritmo rápido, es lenta y pausada, y en esta ocasión esas características no son adjetivos negativos.