Leche condensada

me quedo sin palabras con todo lo que me ha hecho sentir este libro.
Que, advierto, no es apto para todos. Muy duro de leer.
Pero también muy necesario.

Niños que quieren crecer.
Niños descubriéndose.
Aida incapaz de poder hablar y sabiendo que no la escucharán. Sufre en silencio, se autolesiona, se hunde más, hace cosas que no son de niña. Su primo la hace sentir de menos, la manipula, abusa de su bondad, abusa de su confianza, abusa de su parentesco, abusa de ella.

Yaiza su amiga, la quiere mucho. Mucho más que cualquier cosa pero no puede decírselo, se refugia, la miente, la engaña ¿por qué?

Todo eso y más, fluye en una narración poética, caótica y sentimental. Te lleva a una montaña rusa de sentimientos, a la ansiedad de ser preadolescente.
Porque jugar a videojuegos acaba siendo el refugio de la vida misma.
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