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La autora de esta novela negra nos traslada a Logroño (La Rioja), una serie de asesinatos destruyen su calma habitual. El cuerpo de varias jovenes es hallado sobre el altar de distintas ermitas de toda la provincia de la Rioja a modo de ofrenda. A pesar de lo macabro que suena no hay sangre, ni sesos esparcidos, ni carne picada, ni gusanos Si hay crímenes, simbología, ritos con tintes religiosos, venganza, un psicópata suelto, polis e investigación ( también gastronomia y vinos riojanos 😋🍷) y un detalle importante para mí, la escritora ajusta los ritmos a los personajes y a los escenarios de manera que fluyan de manera coherente. También me ha gustado lo bien conseguidos que están los personajes, incluso los secundarios. El perfil del asesino lo irá mostrando en fragmentos de su infancia y juventud a través de capítulos salteados, así iremos entendiendo el motivo por el que empezó con los asesinatos. Una historia llena de sorpresas y acción, con capítulos cortos y giros inesperados que no podemos parar de leer. Una lectura amena y fácil de leer, totalmente recomendable. |
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