Una pareja feliz

Las dos partes me constituyen y con una y otra seguiré viviendo.

Una cosa es tener un ambiente o elementos tóxicos que afectan a la pareja y otra es que un miembro encarne la toxicidad en sí mismo. Esto sólo lo aprendes a base de golpes y dándote cuenta tarde , luego esta la cuestión de salir de ahí, lo primero se puede evitar , pero el ser que es tóxico nunca deja de serlo. Absorve y crea dependencia, anula y lo sabe , absorbe y te deja seco hasta que definitivamente te despiertas y lo apartas como una cucaracha , la clave está en no dejar pasar mucho tiempo , que las heridas que te deja sean superficiales, que no te deje mutilada para siempre.

Hubo varios momentos en los que el destino me abrió puertas enseñándome la salida que yo nunca crucé, como un preso al que abren la celda y prefiere acurrucarse en un rincón.

Tampoco el tiempo estaba grabado en piedra. Al y al acabo aquello de "para siempre" en una historia variaba según y cómo se leyera.

La aventura neoyorquina reclama un cierre con broche de oro, lo que en mi mente incluía experimentación.