En la sangre

Este libro ha sido una auténtica sorpresa. Laura Gomara ha creado un personaje único y diferente, y eso a estas alturas hay que agradecerlo mucho. Aunque el tema de la delincuencia y los bajos fondos en los que se mueve la trama pueden considerarse como clásicos, es su personaje femenino, una femme fatale del siglo XXI, que viste con las mejores marcas de ropa y complementos, lo que la hace diferente a la vez que teje una interesante telaraña por la que desfilan unos secundarios bien trabajados que aportan gran realismo a la novela.

Nos vamos a mover por diferentes ambientes de Barcelona al compás que nos marca Eva Valverde, esta carterista, afectada de Hepatitis C, una enfermedad que lejos de apocarla va a hacer que se tome la vida con una fuerza y espíritu increíbles, superando los efectos que causan en ella tanto la propia enfermedad como los fármacos que deben liberarla. Con ella pasaremos de los ambientes más selectos de la Barcelona más cosmopolita y exclusiva a bajar a los suburbios donde median rateros, carteristas y hampones dispuestos a cualquier cosa por no perder parte del territorio que cada uno controla.

Si bien Eva, la protagonista, no es un personaje con el que a priori debamos empatizar, no cabe duda que a veces la historia nos pone de su lado, y aunque ella no se plantea si lo que hace es moralmente aceptable, el lector a veces creerá que su actuación hasta cierto punto si lo es. Y es que esta chica libre e independiente, que vive con la idea de montar su negocio propio, se verá obligada en un momento dado a volver a vivir con sus padres, con los que la convivencia, sobre todo con su madre no es precisamente algo positivo, y además en su relación personal con su novio, Oleg, no todo es tan claro como debiera, y ambos ocultan algo mas de lo que muestran.

En la sangre es un libro que se permite poner al frente de una historia muy interesante y bien trabajada a un personaje que está a la altura en cada página. de lectura muy ágil y absorbente, con un dominio de la tensión narrativa y los giros argumentales que mantienen el interés en el lector en cada momento.

Es también reseñable como en la parte en la que la protagonista ha de hacerse con las joyas escondidas en una mansión es capaz de crear un ambiente casi claustrofóbico y rancio en el que la sombra de la dueña, aislada y encamada, es casi omnipresente en cada rincón. Quizás es una de las mejores partes de la novela por la fuerza y tensión que Laura Gomara es capaz de transmitir a sus personajes.

Una historia de chantajes, robos y violencia, envuelta en Channel y Dior, que muestra esa Barcelona en la que burgueses y plebeyos viven y sobreviven entre la crisis inmobiliaria, el auge de los pisos turísticos o los precios de los alquileres.
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