«El capote» de Gogol es un cuento cruel y triste. Nos cuenta la historia de un empleaducho estatal (funcionario de bajo rango) que vive de modo miserable y no tiene dinero para comprarse un abrigo nuevo (el suyo está terriblemente raído y remendado y es objeto de burlas por sus compañeros de oficina). al fin, tras mucho sacrificio, consigue ahorrar lo suficiente para encargar a un sastre un abrigo nuevo. El día de su estreno es el más feliz de su vida. Pero no podía terminar así. Una noche, tras una fiesta a la que le invita un superior de la oficina, le roban el abrigo. No le hacen caso la «alta personalidad a la que se dirige en busca de ayuda: lo insulta y lo desprecia. Acaba muriendo de frío. Nos dice Gogol: «Se llevaron a Akakiy Akakievich y lo enterraron; San Petersburgo se quedó sin él como si jamás hubiera existido. Así desapareció un ser humano que nunca tuvo quién le amparara, a quien nadie había querido y que jamás interesó a nadie. Ni siquiera llamó la atención del naturalista, quien no desprecia de poner en el alfiler una mosca común y examinarla en el microscopio. Fue un ser que sufrió con paciencia las burlas de sus colegas de oficina y que bajó a la tumba sin haber realizado ningún acto extraordinario; sin embargo, divisó, aunque sólo fuera al fin de su vida, el espíritu de la luz en forma de abrigo, el cual reanimó por un momento su miserable existencia, y sobre quien cayó la desgracia, como también cae a veces sobre los privilegiados de la tierra…» Es terrible: Lo enterraron y San Petersburgo se quedó sin él como si jamás hubiera existido. Es la historia de un ser insignificante. Acaba con una coda fantástica, de cuento de fantasmas. Se le aparece a la «alta personalidad» y le roba su caro abrigo. Hay una evidente crítica social pero sobre todo una gran compasión por los seres más desvalidos. |