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4/5 Casi termino llorando, qué final. Empiezo por el final porque me dejó unas emociones intensas que tengo que soltar aquí. Terminé con una sonrisa en los labios y a punto de salírseme una lagrimita. Me pareció un final redondo que remata la historia de Michelangelo de una forma preciosa. Y ya me callo, que aún me va a salir algún spoiler sin querer. Hay varias cosas que me gustaría destacar de este libro. Primero, toda la documentación histórica que en mi opinión está muy bien trabajada. Yo no soy una fan de la historia, pero sí del Renacimiento y de los artistas de la época, por lo que este libro satisfizo toda mi curiosidad acerca de estos temas. Es cierto que en ocasiones la cantidad de datos que se cuentan (nombres y lugares) llega a marear al lector e, incluso, a hacer que pierda el interés. A mi me pasó en algunos momentos. Pero como apasionada del tema, disfruté como una enana leyendo todas las intrigas políticas y religiosas. Segundo, los personajes. Los más grandes artistas, políticos y sabios de la historia: Michelangelo por supuesto, Leonardo da Vinci, Rafaello Sanzio, Sandro Boticelli, Lorenzo de Medici el Magnífico, (view spoiler). Todo el mundo conoce sus obras o sus ideas, pero pocos conocen a las personas que llevan dentro. Eso es lo que me encanta de este libro, que nos acerca a estos gigantes y nos muestra su lado más humano, sus virtudes y defectos. Sí, me encanta el carácter de Michelangelo y no tanto el de Leonardo da Vinci. No estoy de acuerdo con las ideas de Boticelli. Lorenzo de Medici era un crack. Etc. Y además de los personajes en sí, las interacciones entre ellos son de diez. Ver cómo a pesar de la envidia, el respeto reinaba en sus relaciones, porque al fin y al cabo, todos eran genios. Esta admiración mutua también queda reflejada en los diálogos, de lo mejor de este libro. ¿Qué mejor método de aprendizaje que leer los diálogos entre dos genios? Michelangelo y da Vinci, Michelangelo y Copérnico, Michelangelo y Lorenzo de Medici...increíbles. Y por último, los mensajes de la historia. Descubrir qué querían decir todas las obras de estos artistas, descubrir que no son tan religiosas como se podría pensar. Que ya en el Renacimiento existía gente con una mente abierta, que luchaba por sus ideales y sus derechos. Como persona atea, me encantan todos los mensajes heréticos que estos artistas lanzaron a la luz y los intentos que la Iglesia hizo para ocultarlos. La lucha entre la religión y la ciencia o la razón. Me encanta saber la razón de la situación actual de la Iglesia. Solo puedo decir que ¡viva Michelangelo & Co.! |
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