Tasmania

Esta es una novela que narra la crisis de un hombre de cuarenta años, enmarcada en el contexto del cambio climático, el aumento de los conflictos bélicos, la creciente amenaza nuclear y el terrorismo, que entremezcla la autoficción con partes ensayísticas y periodísticas. Reflexiona sobre las relaciones de pareja, sobre la paternidad, sobre el sentido de traer hijos al mundo ante semejante panorama, sobre el suicidio, el feminismo, la pandemia del Covid, sobre la “amistad” entre hombres, sobre la necesidad de romper con lo establecido, sobre la necesidad de reaccionar y hacer algo.
Pero son reflexiones de poco calado, esgrimen algunos, poco novedosas, que no conducen a ninguna parte, ni siquiera a uno de esos lugares, como Tasmania o Nueva Zelanda, donde los más privilegiados aún podrían salvarse, según las afirmaciones del protagonista.
De modo que hay quien considera que “Tasmania” es una novela envuelta en un nihilismo desquiciante, insulsa, con poca alma, con insuficiente tensión narrativa, mientras que otros defienden que es una obra maestra, postmoderna, deslumbrante, una historia feroz, fatalista y conmovedora. Una historia que habla de nosotros y del apocalipsis contemporáneo. Porque la crisis existencial de la que habla, no es la mera crisis de un hombre de cuarenta años, sino que es la crisis de todos, la de nuestra vida en un planeta amenazado. Lo que sí es cierto es que los protagonistas de “Tasmania” hablan mucho de esa amenaza, pero no hacen absolutamente nada para paliarla. Porque esa es la realidad. Continuamos alimentando la amenaza por inercia, sin hacer nada. En cierto modo, es una novela de denuncia más que una novela conformista o nihilista, todo depende de la lectura que quieras hacer.
Publicada en octubre de 2022, “Tasmania” fue rápidamente aclamada por la crítica italiana.

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