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Estaba en una librería de segunda mano y el nombre de Paolo Giordano me sacudió. Recordé "La soledad de los números primos" y lo que sentí cuando, todavía adolescente, lo leí por primera vez. Desconocía que el autor hubiera escrito otros libros (ahora que lo pienso, nunca los busqué, sino que lo asumí). La decisión fue sencilla: me había topado sin buscarlo con otra oportunidad de disfrutar de la prosa del italiano. Ha sido una lectura realmente completa, llena de matices y subtramas que desde mi punto de vista conforman una historia conmovedora y difícil de definir. Habla de la vida de un grupo de jóvenes, pero también de las creencias que nos mueven a actuar, de los deseos que gobiernan nuestras vidas (sobre todo, aquellos que no se cumplen), de que lo roto puede romper y que luchar por el futuro puede condenar todo el presente. Habla de ecologismo y de religión, de paz y guerra, de amor y odio y venganza y quizás de aceptación de todas esas emociones. Habla del tiempo y lo que pasa cuando éste se para para algunos, se adelanta para otros y se mantiene constante como una rueda inalterable, para los demás. He disfrutado muchísimo de la lectura, me he emocionado, he llorado, he aprendido y he cerrado los ojos queriendo capturar la esencia de lo que entre líneas Paolo nos quería decir: para conquistar el cielo, tenemos que haber aprendido a amar la tierra. |
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