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Hay libros que necesitan ser leídos por todo mundo para entender los giros que da la vida, y uno de esos libros es #unalucrecia. Lucrecia es una chica joven que pertenece a un barrio pobre, pero debido a su dedicación e inteligencia es becada en escuelas de prestigio. Ella vive con su abuela “Nona” quien la ha criado sola debido a que su madre al quedar embarazada fue abandonado por su pareja y sin poder sentirse lista la abandona con ella. Ambas gozan de una excelente comunicación. Un sábado Lucrecia se encuentra con sus dos amigas de la escuela a la que asiste y al no querer entrar a ver una película (en base a que no contaba con mucho dinero) decide dar vueltas por una biblioteca donde una joven, que anteriormente no le quitaba la mirada, la intercepta y le muestra que está interesado en ella, ironías de la vida es que él le regala un libro de cuentos de hagas junto con su número de teléfono. Pasando el tiempo nos enteramos que este joven, Lisandro, pertenece a una familia adinerada y que envolviéndola en una burbuja salida de cuentos de hadas que poco a poco se va convirtiendo en una historia de terror, Lisandro es posesivo y sufre de muchos celos, además muchas de las decisiones importantes como pareja son forzadas a ser aceptadas en presión social. Cuando Lucrecia se gradúa en la cena familiar la familia de él le entrega un cheque para sus estudios y él le ofrece que se vayan a vivir juntos, ella es incapaz de rechazar todo esto pero no está feliz con esto. Pasa el tiempo y Lisandro cada vez es más violento hasta el punto de golpearla, ella huye y decide abandonarlo hasta que se entera que está embarazada, su nona al saber que ninguna sería capaz de mantener al bebe la obliga a regresar con su marido ya que cree que el dinero es mejor que vivir pobres lo que lleva a romper su vínculo con su nieta. Pasan los años y Lucrecia, por el bien de su hijo, ha decide seguir con su marido, soportando maltratos y humillaciones porque sabe que Lisandro es un hombre de dinero y con muchas influencias con gente poderosa. Un día se comete un robo en la casa de ambos por lo que se Lisandro se decide en contratar a un servicio de protección privada es aquí donde Lucrecia llegar a conocer a ese oasis en su vida, Mauro, un hombre que también ha sido marcado por la violencia intrafamiliar debido a que su padre era un abusador y solía maltratar a su madre. Poco a poco en la historia se nos van desvelando más acerca de esta relación de abuso y su desahogo con Mauro. Algo hermoso de este libro es que es tan real, hay momentos en que hablan sobre las estadísticas de violencia domesticas en el país de Argentina, pequeñas historias de otras mujeres que no pudieron ganarle a su abusador. También la sororidad que algunos personajes mostraban, ejemplo cuando Lisandro golpea por primera vez a Lucrecia y como ella sale corriendo a la calle sin nada y un taxista pasaba y la recogía y la llevaba sin cobrarle porque él tenía una hija de su edad y esperaba que si alguien día pasaba por algo así alguien se compadeciera de ella y la ayudara a escapar. Lisandro es la muestra perfecta de muchos hombres que buscan algo que dominar valiéndose de su poder, busco a una joven a la que pudiera atrapar, en este caso de bajos recursos, a quien podría someter y quien no podría escapar fácil de su yugo, Lucrecia causa esa empatía, si bien muchas personas podrían criticarla de no abandonar a su marido ella tiene un punto de vista muy real y triste, Lisandro era un hombre de dinero con muchas conexiones con gente rica y Lucrecia no tenía nada, quitarle a su hijo era pan comido para él, sobornar a la gente para que las acusaciones de ella perdieran poder también, además de que Lisandro tenía más una obsesión de saberla suya, Lucrecia siempre viviría con el miedo de ser una más en las estadísticas de muerte. Otro tema que me encanto es el de mostrarnos que bien no todos los hombres son buenos, también no todas las mujeres lo son, esto con la imagen controladora de la madre de Lisandro y el control que esta tenía sobre su marido. Es un libro que todos deberían de leer, es hermoso y me lleno de impotencia y tristeza saber que si bien esta es una historia ficticia, es la realidad de muchas mujeres, que tienen peor suerte que Lucrecia en muchos aspectos. |
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