El guerrero a la sombra del cerezo

De las mejores novelas históricas que he leído en los últimos años. Me encanta todo lo relacionado con Japón, lo que, sumando el buen hacer de este autor, ha hecho que haya disfrutado de esta historia desde la primera página hasta el final.

La trama es muy interesante y atrapa desde el principio, y la prosa del autor es muy dinámica. Los personajes están muy bien construidos, de forma muy sencilla pero efectiva. Se nota el trabajo minucioso de documentación que ha hecho sobre la historia y sociedad japonesa, todos los términos y episodios históricos están muy bien explicado, a lo que ayuda mucho que haya un pequeño diccionario de términos al final, si bien la inmensa mayoría de los mismos aparecen explicados como notas a pie de página durante la narración.

Desde luego, el gran peso de la trama y del libro recae en que esta contada desde las dos perspectivas de sendos personajes, cuyas vivencias no suceden a la vez, pasan en distintos momentos históricos. Como sendas historias iban a juntarse es algo que me olí desde más o menos la mitad del libro, pero, pese a todo, me pareció un puntazo la idea del autor. David B. Gil sabe llevar muy bien esto, ambas narraciones suelen estar muy bien equilibradas, a lo que ayuda que se intercalen una con otra.

Pero creo que también ahí esta el pequeño fallo que puede tener un libro que por lo demás me ha encantado: hubo personajes que me parecieron infrausados y que , al final, no aportaban nada, o poco, a la historia, como en el caso de Yukie, la hija del Samurai. También momentos en que me sobraban páginas, en que pasaban cosas, si, pero no me parecía que fueran importantes para la trama y que la hicieran, realmente, avanzar. Y esto repercute en que a veces notase que las dos historias no están del todo bien acompasadas, da la impresión de que al autor la estructura narrativa de su propia obra en ocasiones le lastra, por lo que se se ve obligado a dejarla a veces de lado para poder seguir con las exigencias de una trama que, pese a todo, esta muy bien llevada. Tampoco me gusto mucho quien era el “malo final” por así decirlo, me esperaba algo un poco más impactante, ya que es un personaje que si no sabes quien es históricamente, no entiendes exactamente que pinta ahí, pues aparece abruptamente al final sin que antes se haya incidido muy bien en su figura.

No obstante, es una novela estupenda, con muy buenos giros de guión y que te engancha desde el principio. Me ha encantado leerla, y me ha hecho recordar porque me fascina tanto la cultura japonesa.