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"Cuando era pequeña pensaba cómo podía matar a mi padre. Cada vez que se me ocurría una manera la repasaba mentalmente hasta que la tenía bien pulida." Claro, cuando te encuentras con un inicio así, tan potente, y a la vez tan valiente, las ganas de seguir leyendo se magnifican, y eso es un primer logro del autor, aunque también se convierte en la exigencia de no defraudar al lector. Y lo cierto es que Kaye Gibbons consigue superar el reto de una forma excelente. 'Ellen Foster' es una novela corta, intensa, dura, de las que arañan y causan incomodidad. Es un relato en primera persona de Ellen Foster, una niña de once años que lucha cada día por salir adelante y encontrar su lugar en el mundo mientras todo se oscurece y se derrumba a su alrededor. La técnica narrativa utilizada por Gibbons hace que tengamos la sensación de que la niña nos está contando la historia a la oreja, consiguiendo que nos metamos aún más en la piel del personaje. Hay sobredosis de humanidad, de crudeza, hay sensibilidad a raudales. Una obra que se lee en un suspiro y que requiere de un tiempo de digestión mucho mayor. |
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