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Quise leer este libro porque la trama me intrigaba y porque me gustaba que se hiciera referencia a las cartas del tarot (aunque finalmente el tema se toca más de pasada de lo que pensaba). Por desgracia, la obra no me ha gustado y es, de hecho, de los peores libros que he leído este año. Para empezar, la historia es sumamente extraña. Un detalle que no tiene por qué ser malo y que en general no me importaría si no fuera porque parece que la historia no va a ningún sitio. Me pasé toda la lectura sin saber a dónde quería llegar el libro y cuando lo terminé me di cuenta de que, efectivamente, no conduce a ninguna parte. No sólo no he conseguido conectar con ningún personaje si no que, además, ninguno me caía bien. Los tres protagonistas son planos y estereotipados, llenos de clichés y bastante insoportables. Wink me hacía gracia al principio por esa tranquilidad que desprende y por ser tan peculiar. Pero a medida que avanzaba la novela me iba cansando su silencio, su forma de evadir cada pregunta y su obcecación con las historias. Está obsesionada con que Midnight es un héroe, y como en todo cuento, el héroe debe tener un villano. La villana de esta fábula no es otra que Poppy, y la verdad es que se lo gana a pulso. Es egoísta, egocéntrica, cruel y no tiene amigos: tiene esbirros. Utiliza a la gente a su antojo y conveniencia y usa a Midnight para desahogarse, sentirse especial y superar el rechazo causado por quién de verdad ama. Midnight, en cambio, parece un joven íntegro, que está harto de ser pisoteado y de aguantar los caprichos de Poppy, pero que en el fondo no es otra cosa que un chico influenciable, manipulable y cobarde; desesperado por un poco de atención. La narración no me ha parecido nada del otro mundo; no es un horror pero tampoco una maravilla. Pasable. El ritmo es bastante lento, no sólo por la historia, también por la ausencia de capítulos. En lugar de tener capítulos como tal la obra se divide en partes contadas cada vez por uno de los tres protagonistas. Pueden ocupar varias páginas o una frase o párrafo, pero que se encuentren todas seguidas hace la lectura más pesada. Para rematar, los supuestos misterios y revelaciones del libro, esos que deberían dejar con la boca abierta, en mí produjeron una mueca desdeñosa. Sí, sorprende, pero en lugar de ser algo bien hilado es tan forzado y surrealista, tan metido con calzador, que se siente totalmente poco creíble. El final me parece tan malo y sin sentido como el resto de la obra, usando el camino fácil para terminar algunos temas de forma apresurada y dejando otros bastante abiertos. Wink, Poppy, Midnight se ha convertido en una lectura tediosa y absurda. Historia mal construida, personajes planos y con los que es imposible empatizar, ritmo lento y una narración que ni fú ni fá. Enlace: http://elrincondeleyna.blogs.. |
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