—Eres extraño. —oye... —Pero me agradas... No se lo que ven en ti. —Soy sensible... A ellas les gusta eso. Me da una palmada en la espalda con tanta fuerza que casi me caigo. Luego caminamos de regreso para unirnos a los demás. Josh asiente hacia mí, y me golpea duro en la cabeza. —Este tipo es genial. Sus amigos se ríen, pero no es la risa humillante que escuche ayer en el vestuario. Es diferente. Sus ojos brillan con algo parecido al respeto. |