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Creo acabo de encontrar mi nuevo relato favorito sobre vampiros. Romualdo ha tenido la certeza desde el vientre materno que su vocación era el sacerdocio. Dios era todo lo que conocía hasta su ceremonia de toma de la orden sacerdotal en la que se le ocurre alzar la mirada, encontrando al ser más bello del mundo, una mujer. Quedará hechizado en cuerpo y alma por Clarimonda, rondando los límites de la locura y el pecado. Dos hombres, dos amores y una sola alma. Se trata de una obra publicada en 1836, 36 años antes a la publicación de “Carmilla” de Sheridan le Fanu, posiblemente influenciada por el trabajo de E.T.A. Hoffmann. Se observa con una claridad enceguecedora el arte de la seducción de los merodeadores de la noche para atrapar a sus víctimas, con sus figuras y rasgos angelicales, cubiertos de ricas vestimentas y un encanto letal tanto para hombres como mujeres. «Esta mujer se había apoderado de mí por completo, tan solo una mirada suya había bastado para transformarme; me había insinuado su voluntad; y ya no vivía en mí, sino en ella y para ella». Un año después de la toma del sacramento, Romualdo será llamado a practicar la extremaunción rodeándose en el camino con un aura de oscuridad. Se encontrará con el cadáver de aquella femme fatale que se había infiltrado en los rincones más íntimos de su ser. Sellará su pasión con un beso en esos labios fríos, que le habrían de corresponder para luego expirar. Ese será solo el inicio del viaje de dos amantes hasta Venecia en el que el sueño y la realidad se confunden, la sangre se escurre por las venas y los intentos del padre Serapion para alejar al diablo. Sobrepasa el amor vampiresco aproximándose al amor humano. Te hace caer por tu propia voluntad al bucle junto a Romualdo, al menos yo caí junto a él y no fueron dos sino tres los enamorados ¿Te sumas? |
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