Cuando una novela viene avalada por premios literarios me pueden ocurrir dos cosas totalmente opuestas: desconfío y pierdo el interés, o gana en atractivo y de repente quiero leerlo. Todo depende del nombre del galardón, que no siempre del galardonado, y es que hay algunos certámenes que cuentan con mi confianza. Uno de esos casos es el del premio Goncourt, y este es el libro que recibió el Premio de Primera Novela 2019. En un ambiente rural, vamos a conocer a Félix y a Gil. Félix es un muchacho de catorce años enviado a trabajar un verano al pueblo de Gil, a cargo del padre de ésta. Ella es una joven de dieciséis años que dejó los estudios para ponerse a trabajar y cuya vida parece girar en torno a la casa y su trabajo en un supermercado. Sin embargo, hay algo que va más allá en su vida. Y es que cuando tiene tiempo libre lo pasa acompañada de hombres, siempre mayores que ella, que sólo buscan contacto físico. Asistimos así a dos tipos de despertar sexual diferente. El de Félix, que se prenda de la joven y empieza a sentir los cambios en su cuerpo y en sus percepciones. Y el de Gil, que al notar esos cambios propios es cuando toma conciencia de su cuerpo y trata de entender la naturaleza de su propio atractivo, cómo funciona el deseo y para qué sirve. Gauthier usa muchas frases cortas, un lenguaje sencillo, sin artificios. Una forma de contarnos la historia que me recordaba a ver un álbum de fotografías, en los que los recuerdos o la imaginación a veces son más importantes que la propia imagen. La novela no parece un drama en sí misma, sin embargo a mí me creo una sensación de tristeza. Un pesar que venía por todas las Gil del mundo, muchachas que tienen prisa por crecer, que no son tan maduras como creen y de las que siempre habrá hombres cerca que se aprovechen. Ha sido una lectura de lo más agradable en estos días de calor y debo destacar el valor que la editorial sabe darle a las fajas. En este caso se trata de ilustraciones de Alberto Gamón que son un complemento perfecto para la novela. Pero para entender ese detalle tendréis que leerla... |