Ellinor Wilkins es la hija de Edward Wilkins, un prestigioso abogado al igual que lo fue su padre, de la comarca de Hamely. Perteneciente a una clase acomodada gracias a la fortuna de su abuelo, por lo que posee gran prestigio entre la aristocracia. Edward quiere meterse en el grupo de nobles, pero estos son reacios a ello. Ellinor, en cambio, está enamorada del señor Corbet, un estudiante de derecho. La vida de Ellinor es de ensueño y perfecta, pero una noche oscura ocurre algo que lo cambiará todo por completo: es testigo de un crimen. El punto fuerte de la novela es, sin duda, los personajes. La autora consigue unos personajes muy bien construidos y muy reales. El lector va a conocerlos en gran profundidad, sus personalidades desbordantes, sus miedos y sus anhelos y deseos. Gracias a estos también veremos la distinción de clases en esta época, una división muy marcada. Es, a la vez, una obra que profundiza en la psique de los personajes y dela mente humana, convirtiéndose también en un thriller psicológico. El principio de la historia es algo lento y pausado, la autora nos va metiendo poco a poco en la trama, pero también rica en detalles. Seremos testigos del día a día de la familia Wilkins, así como ver el reflejo de la sociedad victoriana de la época. La pluma de la autora es bastante ligera y muy fluida, lo que hace que sea una muy buena lectura. Es una trama muy inteligente, que se cuece poco a poco hasta su eclosión final y, sobre todo, muy realista. Este libro es una buena manera para acercarse a los clásicos policíacos de esta época, si bien no es la obra más característica, sí es muy bella de leer y, sobre todo, muy gratificante. |