Es imposible adentrarse en esta lectura y obviar esta piedra que nos habla. El pueblo de Ixtepec, inspirado en el de Iguala donde creció la autora, es el narrador y lugar donde transcurre toda la historia. Centrada en el México postrevolucionario y durante la Guerra Cristera, Ixtepec está sitiado por un grupo de militares encabezado por un general autoritario y cruel, atormentado por un amor mal correspondido y por los celos que éste le provoca, ejerciendo sadismo y represión contra el pueblo, en particular sobre los indígenas. Sus habitantes viven una constante zozobra. Además del abuso de poder, la circularidad de la historia, la lucha entre el pueblo y el Estado, se aborda la situación de las mujeres. Se retrata la desigualdad de género y la violencia doméstica, los feminicidios y la violación como formas de reprimir y humillar. No es solo una historia de abuso y opresión sino también de resistencia, la de un pueblo organizado por mujeres. |