En un pueblo pequeño, con un proyecto tan grande como un hotel, tal vez reconstruirse será lo mas inmenso. Elisabeth tiene una vida estructurada en una gran ciudad, es arquitecta y le encargan el diseño de un gran hotel en el pueblo donde vivíó durante su infancia y del que no tiene buenos recuerdos. Cuando se ve alli rodeada de un entorno tan conocido y a la vez odiado por ella, le va a generar muchas emociones del pasado. El presente se llena de Cameron, de mañanas de cafés, de su calma, su paciencia, su espera pausada, de su encanto burlón y sus toques de humor. Conoceremos a Lisa, a Liz, a Lizzy, y a Patti una composición que sin duda ayudan a Elisabeth a protegerse y a recomponorse poco a poco. La pluma de la autora me ha enganchado por completo, ha sido una evolución adictiva en cada capítulo. Una gran historia de superación personal, de evolución, con un transfondo conmovedor y con un inesperado final. Sin duda los secundarios son imprescindibles y totalmente adorables. |