Ya tenía ganas de volver a leer a Saray, ¿y qué mejor que hacerlo con un grupo de locas que solo se dedican a hacer teorías de cualquier pequeña intriga? He disfrutado mucho de la historia, tanto los personajes como la ambientación y la pluma de la autora me han atrapado. Cam tiene tantas cualidades que me ha sido imposible no enamorarme —de verdad, qué hombre—; pero Liz ha sido mi debilidad, tan complicada y hermética que he empatizado con ella desde el minuto uno. Me ha encantado cómo se ha ido forjando poco a poco su relación, más de una vez me ha hecho suspirar. Los secundarios son increíbles, me lo he pasado muuuy bien con Harper, Meredith, Jay, Jo, Owen y el abuelo, y los lazos que mantienen me han conquistado. Hay varias incógnitas que me han tenido bastante despistada y el final no me lo he visto venir. Por supuesto, me declaro fan de Patti —a mí el sarcasmo me puede—. Una historia de amor, superación, aprendizaje y familia llena de detalles que me ha dejado con una sonrisa en la boca. Qué bonito ha sido volar con ellos. |