Tres amigas rozando los cuarenta, disfrutan de una noche de fiesta y risas, hasta que se dan cuenta que son propietarias del Castillo Butrón en Vizcaya y deben cinco millones en tres meses, si no quieren ir a la cárcel. En el momento que pisan el castillo, sus vidas se vuelven una locura, en especial la de Gema, nuestra protagonista, cuando conoce al abogado que les puede ayudar (o no) a deshacer este lío, Unai. Si a esto le añadimos que en el castillo vive un matrimonio mayor con su hijo, que se encargan del mantenimiento y funcionamiento de este, un alcalde bastante atípico y a Morticia, tenemos un combo para risas. ¿Me he reído? Sí. El libro tiene escenas tan surrealistas que a veces hemos tenido que comentarlo antes de la hora prevista con audios infinitos o incluso adelantar capítulos. Hemos acertado varias teorías, porque aparte de ser una historia descabellada, hay misterio, muchas tramas abiertas y un montón de giros que te dejan en blanco. Eso sí, hemos deseado deshacer todo el jaleo que se traían, pero la autora no resuelve nada hasta el final. |