El silencio de la ciudad blanca

Eva García Sáenz de Urturi ha sido durante mucho tiempo una de esas autoras que tenía muchas ganas de leer, pero a las que no les daba una oportunidad. El año pasado me compré El silencio de la ciudad blanca para comenzar a leer sus historias, pero ha estado durante muchos meses en mi estantería esperando a que le diera una oportunidad porque nunca me llamaba la atención leerlo.

La verdad es que ya desde el primer capítulo captó mi atención por completo. Me pareció un planteamiento muy interesante que a medida que avanzaba la historia me parecía cada vez mejor. Sin embargo, con este libro me ha pasado algo muy raro.

A pesar de que como ya os he dicho me ha gustado desde la primera página, no he conseguido engancharme a él. No tenía ganas de leerlo y siempre daba prioridad a otras cosas porque no me apetecía ponerme con él. Y cuando lo hacía era casi obligada. Eso sí, disfrutaba de esos ratos porque en sí, el libro, me ha gustado mucho.

A pesar de que a medida que avanzaba la trama yo me iba haciendo mis teorías sobre quién era el culpable, en ningún momento imaginé un giro como el que tomó la historia al final. de hecho, una vez que se desvela la verdad, todas mis sospechas me parecen hasta graciosas.

Me ha sorprendido mucho lo descriptiva que es su autora y lo bien que sabe situarnos en el escenario del libro. Sin conocer la ciudad, he terminado el libro con la sensación de haberla visitado y haber pasado horas y horas recorriendo sus calles.

Es muy difícil plasmar la realidad de mi opinión sobre este libro sin dejarme llevar demasiado por «quizá no era el mejor momento para leer esta historia», pero sin obviar que el libro no me ha enganchado. Creo que es una historia que hay que leer para comprender bien todo lo que aquí intento explicar.