Un hombre de suerte

"Dicen que los pueblos felices no tienen historia y nosotros empezábamos a perder la nuestra".

Como adolescente he escuchado muy poco sobre la guerra civil de mi propio país, y cuando he escuchado algo ha sido cargado de subjetivismo.
Nadie quiere hablar de la guerra civil, nadie quiere releer ese capítulo, parece que haya habido un consenso general para omitir y fingir que ese episodio de nuestra historia nunca ha existido; y los que hablan de ella lo hacen para avivar su odio o saciar sus ganas de llevar la razón.
¿Es esa la solución? ¿Es así como se supone que los jóvenes tenemos que abordar el tema? ¿Desde la incomodidad, la ignorancia y el odio?

Las heridas de nuestra guerra civil están más abiertas que nunca, de hecho, nunca se cerraron, ese es el problema.
En España tenemos un problema muy grande con la memoria histórica, y libros así ayudan a ver ese pasado tan vivo e importante que tanto nos empeñamos en borrar y olvidar.
Las nuevas generaciones debemos recordar esa parte de la historia, pues al igual que nos parece impensable olvidar las atrocidades cometidas durante la Segunda Guerra Mundial nos deberían parecer las de nuestra guerra.